OPUS I
Este es mi segundo verso del día.
El primero fué breve y reiterado.
Un "te quiero" murmurado entre
sonidos y recuerdos tuyos
Hoy por la mañana inauguré el día con tu nombre.
Tengo dos alternativas para estos pensamientos.
Guardarlos para mí o hacértelos llegar.
Tengo miedo de cansarte con mis cosas,
que ellas se hagan habituales,
que demuestren tanta certeza,
que al fin acaben por borrar
tu interés por conocerlos.
Como siempre, elijo correr el riesgo.
Cansarte y reconquistarte. Desafiar tu desinterés
hasta hacerte dudar si es realmente
posible que te quiera tanto.
Si una duda es necesaria para que no sea rutina
Que esa duda sea esta.
Será posible que te quiera tanto?
Tengo como vos momentos de claridad
y otros oscuros.
Algunas veces en mí vida, también como
vos, he pasado por lo mismo.
Pero aprendí que cuando se hace
la oscuridad ya no amanece más.
Nunca más.
La noche del amor es eterna.
Pocas cosas son tan concretas como esa.
Nada puede cambiar el desamor.
Por eso te escribo. Porque en mi corazón,
en mi cerebro y en mis tripas, aún es de día.
Carlos Bugarin
III/99